info@parametria.org 097 937 7834

La peligrosa mezcla entre pobreza y narcotráfico

Ivette Idrobo

03 junio 2020

No hay comentarios

Casa Blog

Fotoreportaje: A la Deriva | La peligrosa mezcla entre pobreza y narcotráfico

Por: Ivette Idrobo Narváez | Comunicación

“A la deriva” Repercusiones sociales del narcotráfico en el pacífico ecuatoriano.

En los últimos años, en la costa Ecuatoriana se ha profundizado una problemática social silenciosa: el abandono de los pescadores artesanales y sus familias por parte del Estado, el incremento de la pobreza, la falta de oportunidades laborales y de desarrollo que han generado como resultado un incremento del narcotráfico.

Los pescadores artesanales son frecuentemente asaltados por piratas, despojados de sus pertenencias y si no cooperan abandonados en alta mar.  Quedan a la deriva sin motor, sin agua y sin comida; los afortunados que llegan con la corriente del mar hasta la orilla deben lidiar con la deuda por el pago de sus motores y el temor de volver a la pesca artesanal.

Afrontando una dura realidad de una vida sumergida en altos índices de pobreza los pescadores son forzados a aceptar ofertas de narcotraficantes para realizar los viajes conocidos como “vueltas” que en realidad se basan en trasladar la mercancía hacia aguas internacionales.

Conscientes de que esta actividad implica arriesgar sus vidas y las de sus familias, muchos pescadores parten en lanchas rápidas a hacer una “vuelta” y “coronan”, pero no todos logran pasar el cargamento, estas personas son detenidas en alta mar y enviadas a prisiones de EEUU o países centroamericanos.

La guerra contra las drogas no es una guerra en contra de determinadas sustancias proveídas por organizaciones criminales.

Sus efectos se trasladan al desarrollo exponencial de los sistemas penales.

Los Estados y los presupuestos públicos se destinan en gran medida al encarcelamiento de personas que integran los eslabones más bajos de la cadena del narcotráfico. Sin duda, con la gran interrogante de casos en los cuales legítimos consumidores son condenados por posesión. Esta es una guerra que se está luchando en contra de las personas que están en situaciones de vulnerabilidad más alta, quienes viven bajo la línea de la pobreza, en situaciones socio-económicas conflictivas en sus comunidades, misma que evidentemente requiere de una intervención integral desde el ámbito social.

El hecho de perder a la única fuente de sustento de las familias repercute directamente en el núcleo familiar pues esto deja a madres, esposas e hijos desprovistos y con la preocupación de cómo salir al mundo en una sociedad que discrimina a la mujer y es indiferente con la pobreza.

Es así que las mujeres de las comunidades de pescadores artesanales son víctimas colaterales altamente afectadas, quedando a la cabeza de un hogar sin una advertencia o preparación para ello. Muchas se ven obligadas a dejar sus hogares y ser explotadas en trabajos mal pagados para poder sobrevivir en condiciones infrahumanas.

Este grupo de mujeres tienen además la tarea de juntar los fondos necesarios para tratar de traer de vuelta a sus seres queridos, quienes además de haber sido sentenciados a cumplir una pena en territorios lejanos han sufrido un sinnúmero de violaciones a sus derechos humanos, iniciando con la extradición de facto, un acto que es inconstitucional, para ser juzgados y pagar una pena en países ajenos, estar separados de su familia sin una certeza de volver a encontrarse alguna vez en sus vidas, todas estas familias han quedado a la deriva viviendo las consecuencias del narcotráfico.

 

Este sector de la población que ha sido olvidado requiere de acciones inmediatas en busca de la mejora de sus condiciones de vida, así como de cambios en la política pública en territorio; existen aún zonas como la que hemos analizado en las que la falta de servicios básicos como agua potable y  alcantarillado son una realidad que se vive día a día, donde existen grandes barreras para acceder a servicios de salud pública, educación u oportunidades laborales, por este motivo todos los actores de la sociedad y el Estado deben trabajar en conjunto para alcanzar el desarrollo humano integral de nuestras comunidades.

 

La investigación A la Deriva así como sus proyectos de intervención en territorio han sido desarrollados con el apoyo de Open Society Foundations bajo el programa Global de Políticas de Drogas.

Historias

*Fotografías de Paulina Vallejo

Dale clic en cada recuadro y conoce los testimoniales

Doña Rosalía es la voz de las que no tienen voces, tiene 61 años, 4 hijos y es la presidenta de la Organización de mujeres de pescadores ecuatorianos en el extranjero “OMPE”. Cada semana ayuda a mujeres que tienen una historia similar a la suya: familiares que son apresados por haberse involucrado en el tráfico de drogas. Tiene un hijo en la prisión de New Jersey, al principio no quería creer los rumores hasta que la llamaron desde EEUU a darle la noticia. Esto no la derrumbó, al contrario, se instruyó sobre convenios de repatriación y procesos legales para ayudar a su hijo, lo que a su vez hizo que decenas de mujeres se acercarán a pedir su ayuda.

Marlene tiene 25 años y dos hijos. Su esposo se fue a Estados Unidos porque le robaron varias veces el motor de su fibra pescando. Al mes de su partida llamó a contar que lo detuvieron y lo condenaron a once años de prisión. Ella sufre mucho por su ausencia y espera que su esposo pueda ser repatriado para estar cerca a su familia. Su deseo más grande es que sus hijos sigan estudiando y no se dediquen a la pesca. «Ya no es como antes, ahora es una actividad muy riesgosa», dice.

Cada semana el esposo de Carmen le envía un video desde la prisión de Oklahoma para contarle como está, ella le envía dinero cuando puede y gracias a la ayuda de una amiga está tramitando la repatriación. «Lo que sabemos es que de 20 carpetas que se solicitan, sólo una pasa», dice.

Karen de 35 años, trabajaba con su esposo en el mantenimiento de las redes de pesca. Tiene dos hijas y un único hijo varón que está condenado a ocho años de prisión en Oklahoma. Él se dedicó a la pesca desde los 15 años. Un día salió a pescar y no volvió. A los 20 días se enteraron que estaba detenido en EEUU junto a tres involucrados más. «Yo quisiera que tanto aparato que tienen para detectar droga lo utilizaran para detener la delincuencia en alta mar».

Ingrid tiene 42 años y su esposo e hijo mayor están presos en Estados Unidos, condenados a once y ocho años de prisión, respectivamente. Dos años atrás su esposo tuvo un infarto cerebral y le prohibieron pescar, al mismo tiempo Ingrid descubrió que tenía 7 meses de embarazo y se le adelantó el parto, los gastos y deudas eran tan grandes que ellos aceptaron hacer el viaje. Hoy Ingrid trabaja limpiando casas para sobrevivir y su hija tiene dos años de edad.

El hermano de Shirley es uno de los pocos pescadores que han sido repatriados al Ecuador, después de haber cumplido 3 años en una prisión de EEUU, regresó a terminar su sentencia de 10 años en la prisión de Manta. Su esposo también fue capturado junto con su hermano pero él no ha sido repatriado. Junto a su madre pueden visitarlo solo 3 veces al mes y han visto que después de haber llegado vigoroso y saludable ahora está flaco y envejecido.

A pesar de ganar poco, Esther y su esposo vivían de la pesca. Ya les habían propuesto varias veces hacer el viaje en lancha pero siempre se negaban porque sabían que era muy peligroso, pero él, al sentirse abrumado por las deudas y la inseguridad en altamar, se arriesgó. Ahora está esperando su sentencia en la prisión de Florida. Ella quiere que se quede allá para cumplir su condena porque las cárceles de Ecuador son muy precarias y peligrosas.

Esmeralda tiene 2 hijos y trabaja lavando ropa en diferentes casas, ella extraña mucho a su esposo, quien fue sentenciado a nueve años de prisión en Georgia. No le gustaría que sus hijos se dediquen a la pesca porque es muy peligroso. «La vida del pescador es dura. Hay días que todo lo ganado se gasta en gasolina, y hoy en día es muy peligroso». Su esposo pescaba junto a su padre y en 3 ocasiones les robaron el motor. La última vez los dejaron desnudos a la deriva y a su padre le rompieron la cabeza, después de dos días lograron llegar a la orilla y buscar ayuda.

Juana tiene 58 años y vive con sus dos hijas con quienes trabaja en un taller de manualidades en su casa. Su hijo era pescador y le ayudaba a mantener la casa pero fue detenido en Carolina del Norte y le dieron 10 años de prisión. Después de cumplir 2 años de condena le negaron la repatriación a Ecuador. Ella reza todos los días para que le concedan la repatriación y así poder tenerlo cerca.

Flor tiene 23 años y dos hijas, una de 4 años y otra de 10 meses. Hace 1 año 4 meses su esposo está en EEUU cumpliendo una sentencia de 8 años. Ella pensó que iba a pescar pero un día la llamaron a notificarle que su esposo estaba preso en EEUU. Cuando él se fue, Flor tenía 3 meses de embarazo, actualmente su hija tiene sus apellidos ya que no pudo registrarla con los apellidos del padre sin su presencia, de lo contrario debía hacer el trámite por la embajada, lo cual es muy caro y no tiene los medios ni recursos para hacerlo.

El esposo de Julia dijo que se iba a Esmeraldas a pescar pero se fue con otras tres personas en un viaje y los detuvieron. Ahora está condenado a diez años de prisión en Carolina del Norte. Julia Tiene cálculos en los riñones, por lo que debe ponerse sueros cada semana, no recibe el bono del Estado y trabaja junto a sus hermanas e hijos en una tienda que hicieron en su casa, donde también venden almuerzos.

Doña Julia de 70 años, un día recibió una llamada de EEUU, era su hijo a quien no veía hace varios meses, a contarle que estaba en prisión. A través de llamadas y cartas que se escriben, ella supo que los narcos habían convencido a su hijo de “hacer la vuelta” pero terminó apresado y sentenciado a 12 años en Misisipi. En Ecuador su hijo estaba delgado y pálido por su adicción a las drogas; en EEUU ha ganado peso y tiene un trabajo en la cárcel. Él la extraña y ha solicitado la repatriación para terminar la condena en Ecuador pero Doña Julia teme que su hijo vuelva a recaer en las drogas dentro de la cárcel de Manta.

*Si tienes algún familiar detenido en Estados Unidos, accede al siguiente link y búscalo por nombre o número de registro para conocer su estado

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Compartir en redes sociales

Noticias más leídas

Artículos recientes